sábado, 9 de octubre de 2010

Ayer
sin ir más lejos,
ese ayer que empezó siendo aciago
se convirtió en buen día.
A las nueve y catorce
cuando vos,
inocente,
dijiste así al pasar
que no hallabas factible
la pareja,
la pareja de amor
naturalmente,
no vacilé un segundo y
me aferré a ese dictamen. 
Porque vos y yo somos
la despareja
.


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