Que te has casado, buena suerte, vive 100 años contento y que a la hora de tu muerte Dios ni te lo tome a cuenta. Que si al pie de los altares mi nombre se te olvido, por la gloria de mi madre que no te guardo rencor.
Mas como tu novia es rica te vendo esta profecia: Alla por la madrugada soñaras que fuiste mio, y recordaras la tarde que mi boca te beso, ¡Y despertaras llorando, y te llamaras cobarde!, ¡Cobarde! como te lo digo yo.
Porque aquella que no fue ni tu novia, ni tu mujer, ni tu amante, fue la que mas te ha querido, y con eso mi amor, con eso, tengo bastante.