martes, 4 de mayo de 2010

XVIII

"Nuestra vida circulaba por los caminos habituales, jugabamos al ajedrez, escuchábamos música clásica, es decir, lo mismo de siempre, pero yo no podía soportar la sola idea de permanecer en una habitación a solas con él.
No lo odiaba, pero era un sentimiento sumamente confuso."

 

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